Los soldados se sumaron como voluntarios al Banco Arquidiocesano de Alimentos de Ibagué, fortaleciendo la alianza entre el Ejército y la comunidad para combatir el hambre en la región.

No solo resguardan la seguridad del país; también protegen el derecho más básico de todos: el alimento. Soldados del Batallón de Apoyos y Servicios No.6 del Ejercito Nacional se sumaron como voluntarios al Banco Arquidiocesano de Alimentos de Ibagué, una alianza que demuestra que la solidaridad también viste de verde camuflado.

Los soldados  no solo sirven en el campo militar, sino también en la primera línea de combate contra el hambre. Su más reciente despliegue no fue en una zona de operaciones, sino en las bodegas del Banco Arquidiocesano de Alimentos de Ibagué, donde clasificaron, organizaron y distribuyeron toneladas de víveres para cientos de familias vulnerables.

Desde su fundación en 2002, el Banco Arquidiocesano ha sido un bastión en la lucha contra la inseguridad alimentaria en Ibagué, rescatando y distribuyendo alimentos que de otro modo se desperdiciarían. La presencia del Ejército en esta iniciativa no solo refuerza su compromiso social, sino que también inspira a otras instituciones a sumarse a la causa. Hoy fueron trece soldados, pero mañana podrían ser más: empresas, colegios, universidades y ciudadanos que quieran dedicar unas horas de su tiempo a una causa que nos toca a todos.

Acciones como estas demuestran que la lucha contra el hambre requiere la participación de diversos sectores. La colaboración entre el Ejército y el Banco de Alimentos es un ejemplo de cómo el trabajo coordinado puede generar un impacto positivo y sostenido en la región.

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