El típico informe anual de la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura (FAO) sobre “El Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo (SOF)”, señala la grave situación en la que nos encontramos de cara a eliminar el hambre y la pobreza para 2030.

La situación que se vive en cuanto a la pobreza y el hambre a nivel mundial se ha convertido en un hecho más que “tradicional”, y del cual, muchos no pueden escapar.

A pesar de las numerosas reuniones y medidas previstas, aún nos encontramos en un camino muy largo por recorrer, sobre todo cuando nos referimos a la inseguridad alimentaria, la pobreza, el hambre; el acceso a derechos humanos básicos.

El informe anual de la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura (FAO) sobre “El Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo (SOFI)”, ha señalado la grave situación en la que nos encontramos y la poca esperanza existente a la hora de eliminar el hambre y la pobreza para el próximo 2030.

Los datos de SOFI señalan que en el mundo se llegó a alcanzar 828 millones de personas en situación de pobreza, una cifra que los expertos ven reflejada de aquí a unos años. Además, cabe destacar que la seguridad alimentaria se verá esfumada, sobre todo en las mujeres, ya que el porcentaje es mucho mayor.

El pasado año 2020 ya experimentamos los efectos del COVID y la inseguridad alimentaria, unas repercusiones económicas que actualmente siguen reflejándose en los alimentos básicos, sobre todo con la llegada de la invasión de Rusia hacia Ucrania.

Ayudas para reactivar la seguridad alimentaria

Según los expertos, existen alrededor de 45 millones de niños menores de cinco años que sufren las consecuencias de la malnutrición infantil, el retraso del crecimiento o la falta de nutrientes para su desarrollo. Debido a ello, un modo de ayudar sería adaptar las formas de apoyo a la alimentación y agricultura y destinarlo a los alimentos nutritivos.

De hecho, el informe SOFI sugiere a los gobiernos que adapten los recursos para incentivar la producción, la oferta y todo lo relacionado con el desarrollo de la seguridad alimentaria.

Una estabilización de los precios a través de la mejora en los sistemas agrícolas

Si de algo se nutre, la seguridad alimentaria es de los mercados y sistemas agrícolas locales. Por eso, los especialistas insisten en fomentar políticas relacionadas con la productividad, la eficiencia, la resiliencia y la inclusión de los sistemas agroalimentarias.

El desperdicio alimentario podría ser otra buena solución para acabar con la malnutrición y la inseguridad alimentaria, ya que se podría alimentar a más de un millón de personas al año.

Lo más importante es saber dónde están las soluciones y cómo debemos actuar de cara a una mejora en todo el mundo, pero sobre todo para ofrecer una mayor seguridad alimentaria.

Tomado de: https://www.gndiario.com

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