La alegría iluminó el asentamiento Milagro de Dios, contiguo a la Cárcel de Picaleña, cuando el Banco Arquidiocesano de Alimentos de Ibagué y la Clínica Asotrauma llevaron regalos a más de 90 niños y niñas de la Fundación Renacer Sal y Luz. Con motivo de celebrar con cada uno de ellos la natividad y las novenas de aguinaldos desde su comunidad.
Los niños beneficiados forman parte del programa «Desayunos Saludables» del Banco Arquidiocesano, una iniciativa que diariamente garantiza su nutrición y bienestar. “No es solo comida, es un acto de fe en su potencial y futuro. Este trabajo conjunto nos permite llegar más lejos y con mayor impacto”, señaló el área de gestión del Banco de Alimentos, quien también destacó la importancia de sumar esfuerzos con más entidades para ampliar el alcance de estos programas.
Desde la Clínica Asotrauma, la vocación de servicio social fue la protagonista. “Creemos firmemente en aportar a la construcción de entornos más saludables, tanto física como emocionalmente. Ver la felicidad en los rostros de estos niños nos confirma que nuestra misión trasciende las paredes de la clínica”, Jazmín Trujillo, auxiliar de enfermería de la clínica ASOTRAUMA quien también subrayó el valor de este tipo de iniciativas para fortalecer el tejido social.
La Fundación Renacer Sal y Luz, que lidera procesos formativos para familias del sector, resaltó el significado de la actividad. “Estos niños no solo recibieron regalos, sino el mensaje claro de que su bienestar importa. Este tipo de gestos crea un impacto que va más allá del momento”, expresó su representante. La jornada dejó claro que el trabajo en equipo entre instituciones puede marcar una diferencia significativa en las comunidades más necesitadas.
Esta actividad subraya la relevancia de las alianzas interinstitucionales como una herramienta para enfrentar los retos sociales más urgentes. Tanto el Banco Arquidiocesano de Alimentos como la Clínica Asotrauma hicieron un llamado a otras entidades a sumarse a este tipo de proyectos, destacando que la suma de voluntades puede ser el punto de partida para reconstruir el tejido social y devolver dignidad a quienes más lo necesitan.